En los últimos tiempos la iglesia ha recuperado varias imágenes que por su estado de deterioro, habían sido retiradas del culto y en algunos casos, sustituidas por otras de pasta de madera; decisión digna de todo elogio, que ha enriquecido extraordinariamente el patrimonio artístico-religioso local.
Todas las obras han sido restauradas en el taller de Ezequiel de León. Antiguamente se mutilaban las tallas para colocarle vestiduras de tejidos naturales; lamentable costumbre, generalizada en los siglos pasados, a la que en 1618 ya se oponía el obispo Corrionero.