Imagen de candelero forrado de madera, existente en el templo desde el siglo XVII. Según Ezequiel y Jesús de León, su cabeza original debió ser sustituida, durante alguna reforma, por la de escayola que ostenta en la actualidad. De su restauración, sufragada por un grupo de vecinos devotos, se encargó últimamente el artífice nombrado en segundo lugar.

En 1680, la efigie estaba a cargo de la Cofradía del Santo Nombre de Jesus, que en su inventario del 6 de enero de 1722 cita un San Juan Evangelista con dos plumas de plata, una estola y manipulo, capa y cuello de chamelote…, advirtiendo el mayordomo de la misma, siete años más tarde –en 1729-, que la pluma de plata la gastó el párroco José Antonio Álamo y Viera para hacer la concha de Bautizar. Posteriormente, las cuentas de descargo de 1755, consignan un pago de dos reales y medio por componer la diadema de plata del santo.

En la primera mitad de la Centuria del XIX, el escultor Fernando Francisco Estévez interviene en la obra; mediante recibo firmado el 18 de agosto de 1835 en la Villa de La Orotava, declara haber cobrado seis pesos corrientes por la composición hecha a la imagen de San Juan Evangelista, que se venera en aquella iglesia de Santa Úrsula.