“Y EL VERBO SE HIZO CARNE”
La representación del Niño Jesús con actitudes adultas y con los objetos de su pasión va a ser uno de los principales temas desarrollados durante los siglos XVII y XVIII. Si antes llegaban obras compradas en Flandes y en la Península aparecen ahora artistas que reflejan en sus obras la sensibilidad religiosa de nuestro pueblo. Estos adorables Niños no dejan de esconder un doble significado: la inocencia de Jesús durante su infancia, representada en tiempo presente, y el inevitable dolor que a éste le traerá el futuro.