Madera tallada y policromada (manos y cabeza); y tela encolada (el resto);

Fernando Estévez del Sacramento (Atribución); Siglo XIX.

Atribuida a Fernando Estévez, con cabeza, manos y pies en talla y vestidos de telas encoladas; sostiene un crucifijo en las manos, seguramente obra del mismo escultor.

Según Pedro Tarquis, perteneció a un convento de La Orotava, pasando a Santa Úrsula tras la promulgación de las leyes desamortizadoras.

TARQUIS RODRÍGUEZ, P.: Riqueza artística de los templos de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1968, p. 131.

Nacida en Casia (1381), y a pesar de que quería ser monja, fue casada con un hombre del pueblo, con quien tuvo dos hijos. Su esposo le causó muchos sufrimientos, y debido a sus muchos enemigos fue asesinado. En 1417 también murieron sus hijos. Ya sin obligaciones familiares, fue aceptada en el convento de Santa María Magdalena (orden de San Agustín) en Casia. Tenía 36 años.

Iconográficamente representa el suceso ocurrido en 1428, cuando recibió de Cristo una larga astilla de madera clavada en el hueso de la frente. Cada madrugada el estigma se le abría, hasta que empezó a expeler un fuerte olor inmundo, que se mantuvo el resto de su vida.