Madera de ébano y marfil tallados;
92 x 33 x 26 cm.
Anónimo; Siglo XVIII.
Según Hernández Acosta, fue donada por Sebastián Martín Fernández y Cauvín al obispo de la diócesis tinerfeña Jacinto Mª Cervera y Cervera (1882-1885), quien la regaló al templo de Santa Úrsula.
“Origen filipino, de una sola pieza de marfil con peana de ébano de incrustaciones de marfil y varias maderas nobles lacadas, que fue traída de sus antepasados de Francia por mi tatarabuela Ana [Cauvín] como uno de los tantos regalos de boda a su hijo”.
Añade recordar que estaba en el altar que existía en la parroquia a la derecha de la nave, en una repisa, y “observar cómo algunas personas por devoción al santo o como recuerdo le quitaban las flechas, valiosas, por cierto, pues cada una tenía incrustado un rubí”. Hoy no se conserva ninguna.