Don Miguel Ángel Navarro Mederos, Delegado de patrimonio de la Diócesis Nivariense y Director del Archivo de Diocesano, dirige unas palabras con motivo de la exposición «Arte Sacro: La Parroquia a través de su patrimonio»
La Casona de San Luis alberga la exposición que conmemora el 400 aniversario de la creación de la Parroquia de Santa Úrsula Mártir como jurisdicción independiente de la Parroquia de La Concepción de La Orotava; aunque algún documento posterior habla de haber sido parte de la jurisdicción de La Victoria, el resto de los escritos de la época lo desmiente. Los ámbitos expositivos, que se proponen, pretende ayudarnos a comprender la vida e historia de esta centenaria parroquia.
Los vecinos de este pueblo, que denominaban La Corujera a lo que hoy se refiere todo el municipio, celebraban su fe en La Orotava o en La Victoria; ni tan siquiera tenían una humilde ermita donde gozar la Santa Misa. Ante esta situación, habiendo aumentado suficientemente la población, un grupo de personas solicitarían al obispo Carrionero la creación de una parroquia independiente de La Orotava, comprometiéndose a aportar la financiación suficiente para la compra y construcción de una iglesia, plaza y casa cural. Para cumplir este compromiso, firmado el 9 de julio de 1612, acuerdan con María Gallegos la cesión del solar suficiente en la Palma de Acentejo para el servicio de la Iglesia. No escogen el lugar más habitado, que era lo que hoy llamamos La Corujera, la Cuesta de la Villa o La Tosca de Ana María, sino el centro geográfico de la que va a ser la nueva demarcación parroquial; este dato, nos habla del interés por favorecer por igual a todos, todos tendrían la misma facilidad o dificultad para asistir a Misa. Ello nos habla de la unidad de una población que no buscaba su interés egoísta sino la equidad, de un pueblo movido por la unidad a la que les lleva la verdadera fe en Cristo.
La cesión, que hace María Gallego, conllevaba una carga: el compromiso de que la titular de la futura parroquia debería ser la mártir Santa Úrsula, así como celebrar perpetuamente la Santa Misa por su alma y de sus familiares. En compensación, algunos vecinos le permutarían con otros terrenos en otras partes del pueblo.
El desarrollo de la parroquia y su crecimiento vecinal, haría necesario la construcción de dos ermitas vinculadas a sus respectivas haciendas: San Luis y San Clemente. También, la ermita de San Fernando, hoy desaparecida, respondía a la devoción de los vecinos. En 1712, el vicario capitular de Canarias autorizaría la construcción de la ermita de San Bartolomé para que los vecinos de La Corujera. Todas y cada una de esas ermitas estaban dotadas económicamente como capellanía que obligaba a celebrar misa dominical en algunos casos, o sólo varios días al año.
La supresión en el siglo XIX de los diezmos y cierre de los conventos benefició patrimonialmente a la parroquia de Santa Úrsula, recibiendo algunos objetos de culto provenientes de cenobios clausurados de La Orotava. El transcurrir del tiempo ha permitido contemplar cómo aquella iniciativa, que creaba una parroquia, ha configurado y dado una identidad única a todos los núcleos del municipio. Habrán surgido nuevas capillas o ermitas, como Tamaide, Tosca de Ana María, El Farrobillo o la Cruz de la Atalaya, pero la identidad cristiana ha marcado y sigue marcando la única identidad de todos los vecinos de este pueblo, la fe les unió y sólo la fe podrá seguir uniéndolos como hace 400 años.