Bordado; 133 x 88 cm.
(con abrazaderas de 10 cm.)
Anónimo; Siglo XX.
El origen del estandarte se remonte a la Roma imperial, cuando los emperadores y altas dignidades militares utilizaban el vexillum, un estandarte pequeño que representaba la orden de batalla y las divisiones de las legiones. El emperador Constantino al legalizar y legitimar el cristianismo como religión del imperio romano, adoptó como vexillum el llamado lábaro, el símbolo imperial en un pendón horizontal sobre una tela vertical. Sobre el irá colocado el cristograma o monograma de Cristo, consistente en las letras X y P las cuales a su vez corresponden a las letras del alfabeto griego “ji” y “ro” que son las iniciales del nombre de Cristo en griego (Χριστός) traducido como cristos, “el ungido”.
La alta jerarquía de la Iglesia durante el Medioevo, así como las órdenes religiosas y los grupos posteriores, organizados en cofradías, tomaron los estandartes como representación simbólica de su presencia y de sus acciones.