El 6 de diciembre de 1679, Luis Román, abogado de la Real Audiencia de Canarias y devoto del bendito santo San Luis, Rey de Francia, solicita licencia del provisor del obispado, Andrés Romero Suárez y Calderín, para fabricarle una ermita.
Explica que con la erección de esta ermita -dada la distancia de la iglesia parroquial-, se haría un gran servicio a Dios, pues tanto en dicho pago como en el más alejado de La Corujera, habitaban muchos pobres con dificultades para desplazarse hasta la parroquia y que de este modo, concurrirían al santo sacrificio de la misa con mayor facilidad.
Ofrece Román contribuir con veinticuatro reales al año, para adorno y reparos del santuario, impuestos en dos heredades que posee en el mencionado lugar –una de camino abajo y otra del camino pa arriba-, comprometiéndose a hacer la fiesta de San Luis cada veinticinco de agosto. Su celebración la garantiza con cuatro ducados anuales.
El provisor concede inmediatamente la oportuna licencia, ejecutándose las obras con tal celeridad, que el 11 de junio de 1680 ya se hallaban concluidas. El propio Luis Román, lo pone de manifiesto en documento público otorgado en esta fecha por sí y en nombre de sus herederos; mediante él, confirma el pago anual de sesenta y ocho reales: cuarenta y cuatro de ellos, para entregar cada 25 de agosto al beneficiado de Santa Úrsula, obligado a desplazarse desde la parroquia a la ermita con cruz alzada y acompañado de diácono y subdiácono, para celebrar misa cantada con sermón y procesión del titular de la misma.
El 15 de julio del citado 1680, Luis Román -movido por su vehemente deseo de erigir la ermita- suplica al visitador eclesiástico autorice su bendición. Dos días antes, el párroco Fernández del Castillo había certificado el buen estado de la obra, hecha con toda decensia, detodos reparos como es su obra limpia … , encalada por la parte de dentro y por la de fuera, con su altar con ornamentos …
Este mismo sacerdote la bendice el 22 de agosto, durante un solemne acto en el que actúan como testigos el capitán Manuel de la Cruz, el alférez Mateo Pérez Báez y Salvador Guerra del Castillo, vecinos del lugar.
Unos años más tarde, su hijo Luis Román Jovel y Carmenatis, deseoso de ampliar el recinto, pide permiso al obispo Bernardo de Vicuña, manifestándole -mediante escrito del 17 de marzo de 1694– su interés en
. .. demoler la dha Herrnita y alargarla ochenta pies y ampliarla veinte y seis, y hazer Sachristía y en dha Herrnita Capilla con su arco de cantería y la puerta mui rasgada y capaz para q. puedan entrar las Insignias del Viernes Santo, haziéndose también dha Puerta de piedra de sillería y fabricar púlpito y bancos, con todo lo demás nezerio. para que con toda comodidad se pueda celebrar la dha función …
Agrega que, como compensación -dados los cerca de mil pesos a invertir en la proyectada reedificación, más el crecido costo del adorno del altar y la hechura del bulto de Sn Luis … qe. actualmente se está haciendo-, se le permita hacer una tribuna en la capilla, abrir una puerta hacia el patio de su casa y colocar en dha Hermita sus armas y rótulos. Vicuña y Zuazo accede el 24 de septiembre de 1694 a cuanto solicita, reconociendo el dominio y patronazgo sobre el recinto de Román y sus herederos, sin embargo, la obra no se lleva a efecto.
Por lo tanto, la ermita sigue siendo la primitiva, de construcción simple y planta rectangular, arco de medio punto de cantería, y techumbre de armadura de par e hilera, exteriormente cubierta de teja árabe. En el lado izquierdo de la fachada, se alza una espadaña con su campana y en el interior de la misma -en un nicho abierto en la cabecera del recinto, sustitutorio del retablo que hasta hace unas dos décadas cubría casi la totalidad del testero-, se encuentra la talla policromada y estofada de San Luis, de 1’06 m. de alto.
Fuente: Historia de Santa Úrsula. M. Rodríguez Mesa