Tomás de Nava y Grimón, marqués de Villanueva del Prado, manifiesta en su testamento del 17 de diciembre de 1667 -abierto ante Mateo de Heredia el 10 de julio de 1670-, su interés y firme voluntad de erigir esta ermita.  

La construcción de la misma puede que se concluyera antes de 1683, dado que el 16 de enero de dicho año fue bautizada en la iglesia parroquial de Santa Úrsula, una niña –de aproximadamente un día de edad e hija de padres no conocidos-, hallada en la Ermita del Marqués de Villanueva del Prado; dato confirmatorio de su existencia, que corrobora tres años más tarde el obispo García Ximénez, al interesarse por su estado.

 

 

En estos primeros tiempos los oficios religiosos se celebran con regularidad, encargándose el párroco local de los gastos que ocasionan. 

La sacristía debe de corresponder a época posterior, pues el 25 de noviembre de 1726, el presbítero José Salvatierra, que visita la ermita en nombre del obispo, la encuentra decentemente y con aseo pero falta de un cajón donde custodiar [los} recados, y revestirse y desnudarse el sacerdote. 

 

La ermita, como bien se sabe, acogió durante mucho tiempo una parte del famoso tríptico de Nava, repartido entre la misma y la capilla del palacio de la familia de este nombre en La Laguna. Según Jesús Hernández Perera, en el recinto de la hacienda de San Clemente estuvieron las alas, con escenas de la Circuncisión y la Presentación a todo color, en el interior, y el Arcángel San Gabriel y la Virgen Anunciada, en grisalla, al reverso… Las grisallas -agrega- constituyen ejemplo único en las islas este recurso tan del gusto flamenco, si exceptuamos otras dos tablas de Santo Domingo, en Santa Cruz de la Palma, con San Francisco y San Nicolás … Como anota Rafael de Prat, permanecieron en la ermita hasta el año 1969, en que se sacaron de allí y se mantienen en custodia por tres representantes de las familias de Prat y Díaz de Losada, Ascanio Estanga y Ascanio Togores.

 

De carácter privado, conserva la talla de San Clemente, el retablo principal y otras obras de interés. 

Fuente: Historia de Santa Úrsula. M. Rodríguez Mesa