Estimados feligreses

Nuestra tradición centenaria y la exigencia del calendario nos piden que, como colofón de las celebraciones litúrgicas y de las fiestas populares en los barrios de nuestro pueblo, centremos, al finalizar el mes de octubre, nuestras miradas en Ntra. Sra. del Rosario y en Santa Úrsula, como compatrona y patrona de nuestro pueblo. Razones de proximidad y solemnidad de ambas nos obligan a celebrarlas conjuntamente.

Siempre es importante que nos preguntemos acerca de la razón de fondo y del sentido que tienen las cosas que conservamos, que practicamos y que celebramos.  Nunca debería estar la tradición por encima de la novedad que engendra la vida de Dios en nuestras vidas a través de la Virgen María y de Santa Úrsula.  ¿Cómo vivieron y en qué se parecen ambas mujeres?

La Virgen María y Santa Úrsula se nos presentan como modelos de renuncia a uno mismo: María se hizo la más pequeña de todas las criaturas y santa Úrsula hizo promesa de la entrega de su vida hasta la muerte. Perdieron la vida en la lógica del mundo; pero en la lógica del evangelio, “perder la propia vida”, significa encontrarla. El papa Benedicto XVI hablaba de una auténtica “expropiación”. Se expropiaron de sí mismas para donarse a Jesús.

Sin duda alguna el modelo más grande de renuncia a uno mismo, después de Jesús lo tenemos en María, como nos lo muestra con toda su vida: ella, que se hizo la más pequeña de todas las criaturas, que se ha rebajado por debajo de todos. En el primer misterio de Gozo del Santo Rosario escuchamos: “He aquí la Sierva del Señor”. Una sierva no se posee a sí misma, porque está completamente al servicio del otro. María ha decidido perder su vida para pertenecer completamente a Dios.

Santa Úrsula a su vez es ejemplo de un amor desmedido que se vacía de sí para entregarse al Otro. El martirio en ella es la respuesta a la llamada de Dios, a la entrega definitiva de toda su vida y un acto de fe, esperanza y caridad, que le hace asociarse de modo total al sacrificio de Cristo en la Cruz.

El Señor no se contenta con un seguimiento que, en cierto sentido, nos deja como somos. Él quiere todo de nosotros para darnos todo de él.

Las fiestas de nuestro pueblo intentan recoger el gozo de aquellos que creen que María y Santa Úrsula han sido un regalo de Dios.

Por eso el éxito de estas fiestas patronales de 2023 no dependerá tanto de un programa de actos como de la alegría compartida, expresada en público, de aquellos que han experimentado la novedad de que Alguien se ha hecho presente en sus vidas, como se hizo presente en María y en Úrsula.

Sebastián García Martin
Párroco