Éste pasado domingo (5 Marzo 2017) I de Cuaresma se estrenó el nuevo Misal romano en la Iglesia Católica y es obligatorio para todas las iglesias, parroquias, monasterios, conventos…

¿QUÉ ES EL MISAL?

El Misal es el libro que contiene los textos y oraciones para celebrar la Santa Misa, el libro del altar. El Misal busca la participación plena, consciente, interior, fructuosa de todos: que vivamos más y mejor la Santa Misa tomando parte de ella y ofreciéndonos con Cristo al Padre.

¿POR QUÉ UNA NUEVA EDICIÓN?

Una Instrucción de 2001, “Liturgiam authenticam”, de la Cong. para el Culto divino_, pedía que se revisaran todos los Misales y leccionarios en todas las lenguas y se buscase una traducción que no interpretase, sino que fuese lo más literal posible al original.

ALGUNAS NOVEDADES:

La fórmula de la consagración del cáliz varía buscando, precisamente, la mayor fidelidad al texto original. En lugar de “que será derramada por vosotros y por todos los hombres”, se dirá obligatoriamente: “por vosotros y por muchos”»Por muchos” fueron las palabras mismas del Señor al instituir la Eucaristía (Mt 26,28; Mc 14,24); “por muchos”es una traducción más fiel que “por todos”;

(La voluntad de Dios en Cristo es la redención de todos los hombres, pero no todos la aceptarán ni la querrán, sino “muchos”. No todos quieren beneficiarse de la redención, sino “muchos”. La salvación no es automática: “¡esforzaos en entrar por la puerta estrecha…)

Algunas rúbricas son nuevas, en otros casos se precisa mejor cómo realizar tal rito… Son normas de obligado cumplimiento para TODOS.

Destacamos algunas:

  1. Para el Evangelio, destacando su importancia, _“los presentes se vuelven hacia el ambón”_ (OGMR 133), ¡todos mirando al ambón!
  2.  Las PRECES: un solo lector las lee (OGMR 71), no un lector para cada petición.
  3. Todos se pondrán en pie al decir el sacerdote: “Orad, hermanos, para que este sacrificio…” (OGMR 43) y no después.
  4. Como propio del rito romano, todos los fieles, diáconos y acólitos estarán _de rodillas_ en LA CONSAGRACIÓN, desde el momento en que se destapa el cáliz y el sacerdote impone las manos sobre el pan y el vino. ¿Excepciones? Estrechez del lugar, aglomeración o cuestión de salud; pero incluso los que por estas razones se queden de pie, harán _inclinación profunda_ cuando el sacerdote después de mostrar el Cuerpo y la Sangre del Señor hace la respectiva genuflexión.
  5. El RITO DE LA PAZ: Sobriedad y brevedad: “Conviene que cada uno exprese sobriamente la paz sólo a quienes tiene más cerca” (OGMR 82). El sacerdote no abandona el presbiterio durante el rito de paz. Tampoco hay nunca ningún “canto de paz”.
  6. Es importante, al COMULGAR , el diálogo de fe entre el ministro y el fiel: “El Cuerpo de Cristo – Amén” (OGMR 161) comulgando inmediatamente, con respeto, delante del ministro. Además, antes de comulgar, hay que hacer “la debida reverencia” (OGMR 160), es decir, inclinación profunda ante el Santísimo (o genuflexión) antes de comulgar.