Estimados vecinos
Hay realidades que nos acompañan durante todo el año, pero no siempre se perciben igual; en determinados momentos se hacen especialmente visibles, aunque estén siempre ahí. Algo de eso pasa con los santos, con aquellos hermanos y hermanas que han recorrido ya el camino de la fe y, tras hacer suyo el Evangelio, comparten la gloria del Padre. En la Carta a los Hebreos se nos dice: “tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos” (He 12, 1). Siempre están ahí, caminando a nuestro lado y velando por nosotros, aunque haya fechas del año en que tomemos conciencia de su presencia.
Al llegar Agosto los vecinos del barrio de El Calvario del municipio de Santa Úrsula hacen fiesta para conmemorar que San Luis, Rey de Francia, entró en el gozo de su Señor un 25 de Agosto de 1270. Su fiesta hace presente el acontecimiento de una vida totalmente entregada a Dios.
En él Dios nos revela su rostro y a través de él nos muestra caminos seguros que nos llevan a él. San Luis es un modelo de esposo, de padre y de gobernante.
. Fue un esposo fiel porque creyó en el amor y la fidelidad de Dios.
. La experiencia de su amistad con Dios, la transmitió como sabiduría a su hijo.
. También la experiencia de una misericordia entrañable de Dios, que tuvo este hombre de gobierno, lo capacitó para estar cerca del que sufre. En el testamento le deja a su hijo unas enseñanzas de buen gobierno: “Ten piedad para con los pobres, desgraciados y afligidos, y ayúdalos y consuélalos según tus posibilidades (…) Para con tus súbditos, obra con toda rectitud y justicia, sin desviarte a la derecha ni a la izquierda; ponte siempre más del lado del pobre que del rico, hasta que averigües de qué lado está la razón.
El mensaje de San Luis es siempre actual. Nuestra actitud al celebrar su fiesta será escucharlo e imitarle. Pero sobre todo hay algo que podemos hacer todos: acogernos a su intercesión, protección y socorro.
Felices fiestas.
Sebastián García Martín
Párroco