Primeros Pasos
En la escritura de cesión realizada en julio de 1612 ante el escribano Roque Suárez, Doña María de Gallegos dona unos terrenos de su propiedad “donde dicen la Palma de Sentejo”, para la fundación de una ermita en honor a la “Señora Santa Úrsula Mártir con las once mil vírgenes”. En dicho documento Juan Pérez promete hacer un altar a mano izquierda de la capilla, al pie de su arco al “bienaventurado San Alejos”, con “sepultura y entierro”; y Juan González de Acosta, otro a mano derecha, pegado al arco de la capilla, a la advocación de la “Natividad del Señor”, con asiento para él y sepultura para su “muger e hijos perpetuamente”, reservándose el entierro de su cuerpo en la capilla mayor.
Imponen que la primera hilera de sepulturas al pie de las gradas del altar mayor estén reservadas “para sacerdotes y para quien le pareciere al Prelado de esta Islas”, no debiendo ser ocupadas “ni dar á los pobres” ni a los fundadores o sus descendientes, que serán enterrados en el cuerpo de la Iglesia “donde hubiere mejor comodidad”.